martes, 13 de octubre de 2009

Un Café para la Convivencia

Una experiencia de diálogo de los apoderados de un sexto básico, que pretende contribuir a una mejor convivencia de los niños en el colegio y en la vida.

En el colegio mixto de mi hija menor (Paz, 12 años), que cursa el sexto básico, cada cierto tiempo en las reuniones de apoderados con su profesora jefa, nos veíamos conversando respecto a algunos problemas de convivencia entre los niños.

Nada verdaderamente grave, sino temas de inclusión-exclusión entre los distintos grupos espontáneos que conformaban, ciertas descalificaciones y burlas personales, y otras conductas discriminatorias que tendían a no respetar las diferencias individuales entre sus iguales.

Algunos de estos episodios habían sido más intensos que otros, involucrando también por supuesto a los propios padres, que decían también sentirse dolidos y confundidos con lo que les pasaba a sus propios hijos afectados.

Como grupo de apoderados, la historia entre nosotros ha sido muy positiva y enaltecedora, hemos logrado vínculos de amistad, tenemos un correo grupal que nos permite estar permanentemente comunicados, y hemos compartido muchas buenas instancias de convivencia, tanto junto con nuestros hijos, como sólo entre nosotros los adultos.

A lo largo de todo este tiempo, yo siempre había sentido el tremendo potencial que tenemos como grupo, para poder convertirnos en una comunidad real de apoderados, que asume el enorme desafío de ejercer como agentes proactivos y positivos de la educación de nuestros hijos. Y esto lo digo no sólo en cuanto a nosotros, sino en cuanto a la pasividad (o reactividad) que en general se percibe del rol de los apoderados en el devenir de la comunidad escolar en su conjunto.

Nosotros no éramos precisamente pasivos, pero siempre yo había considerado que podíamos hacer mucho más por la construcción de un ambiente constructivo y positivo, que favoreciera el aprendizaje y la formación de nuestros niños.

En base a esta mirada, la problemática ya relatada constituía una gran oportunidad de poder avanzar en tal sentido. El asunto según nuestras propias conversaciones era como podíamos como comunidad de apoderados, influir más eficazmente sobre el tipo y la calidad de la convivencia que nuestros hijos establecían.

Fue así como con mucho entusiasmo me ofrecí para facilitar un taller que ellos confiadamente aceptaron. La dirección del colegio nos dio todas las facilidades y aliado con la pareja oficial de apoderados-delegados, nos encaminamos a organizar y montar Un Café para la Convivencia que le da el título también a la presente nota.

La metodología elegida fue la del World Café, puesto que era la que más se ajustaba a nuestras necesidades y a los requerimientos de tiempo, que exigían hacerlo un día sábado ocupando un máximo de tres horas. En este espacio de tiempo, la idea era además obtener un conjunto concreto de conclusiones y lineamientos de acción que nos comprometieran a todos para seguir trabajando en el futuro.

Junto a los apoderados-delegados formamos un equipo organizador y conductor del proceso, que se reunió en dos ocasiones previas al evento, para repasar los principios que orientarían la reunión, diseñar la pregunta clave de inicio, elaborar una invitación formal que convocara a todos, y definir la ambientación física del salón con el listado de la logística requerida.

La pregunta diseñada fue la siguiente:

¿Cómo podemos contribuir a una mejor convivencia de nuestros hijos en el colegio y en la vida?

Para su lanzamiento y contextualización durante el taller, se tendrían presentes los siguientes tres aspectos principales constitutivos de la misma:

1.- Su carácter proactivo reflejado por el “cómo podemos” que alude a los recursos, capacidades y competencias que ya teníamos disponibles, para que independientemente de todo lo demás, por nosotros mismos, poder de inmediato comenzar a influir en el sentido deseado.
2.- El reconocimiento de que la convivencia humana es un fenómeno complejo, que depende de muchos factores (biológicos, psicológicos, sociales y culturales), y que tratándose de la de nuestros hijos, nosotros tan sólo podíamos intentar “contribuir” a mejorar.
3.- Apoyado por las ideas que al respecto ha expresado Humberto Maturana, concordaríamos que sólo tenemos dos maneras de convivir. O convivimos en el rechazo, la indiferencia y en la agresión. O convivimos en la aceptación, el reconocimiento y en el amor. Una “mejor convivencia” por tanto, la entenderíamos en el sentido del amor, es decir por “el dominio de las acciones que constituyen al otro como un legítimo otro en la convivencia con uno”.

Aprovechando nuestro correo grupal de Yahoo, fue por ahí que enviamos la invitación con una anticipación de un poco más de dos semanas al evento, y dentro de ese mismo lapsus de tiempo, también por ese medio, pudimos compartir opiniones y aclarar dudas que reforzaron el sentido de la misma.

Finalmente, asistieron un total de 27 apoderados, más el que escribe, que con gusto sacrificó su condición de tal para ser el facilitador de la reunión. Varias parejas de papás debieron abrirse, ya que al ser día sábado, uno de ellos debía quedarse en el hogar cuidando a sus hijos. Con todo, la cifra señalada significó que un 74% de los niños de nuestro curso, estuvieron representados por al menos uno de sus padres.

El salón quedó magníficamente montado para cumplir con la metáfora de un gran salón de café y poder acoger cálidamente a cada uno de los invitados. Se distribuyeron de a cinco y de a cuatro personas entre las seis mesas arregladas con lindos manteles, una hoja de papelógrafo desplegada, un vaso con seis plumones de distintos colores y un hermoso arreglo floral especialmente preparado. Para partir, se solicitó que cada persona se ubicara en mesas con apoderados que creyera conocer menos.

Se contextualizó entonces la pregunta en el sentido ya señalado, y se explicó brevemente la metodología y los pasos a seguir durante el encuentro. Luego siguieron tres rondas de conversaciones de 20 a 30 minutos cada una, con las respectivas rotaciones de los integrantes de las mesas entre una y otra.

Surgieron así por tanto “anfitriones”, “viajeros” y “embajadores de significado”, que pusieron en práctica una “polinización cruzada de ideas” para levantar una “inteligencia colectiva”, que finalmente en un plenario, permitió agrupar el total de las 23 respuestas (o conclusiones) arrojadas por las distintas mesas, en los siguientes cuatro factores priorizados, por medio de los 3 votos (puntos auto adhesivos) que cada participante tuvo para distribuir libremente en cada uno de ellos:

1.- Revisar el modelo familiar que estamos entregando y su aporte a la valoración de la diversidad (25 preferencias)
2.- Generar entre nosotros lazos de respeto y confianza que promuevan espacios de conversación franca y efectiva que posibiliten una buena convivencia (24 preferencias)
3.- Reconocer como comunidad cuando tenemos un problema con nuestros niños y también con nuestros propios hijos, comprometiéndonos nosotros y a nuestros hijos a trabajar sobre ello (14 preferencias)
4.- Involucrar al colegio para diseñar estrategias conjuntas que permitan abordar problemas y favorecer una buena convivencia (12 preferencias)

El proceso ha sido muy bien valorado y ya hemos establecido una segunda instancia de encuentro para trabajar ahora una pregunta como la siguiente: ¿Qué podemos hacer para generar entre nosotros lazos de respeto y confianza que promuevan espacios de conversación franca y efectiva que posibiliten una buena convivencia?

Tenemos también próximamente una reunión de “representantes” con la Directora de nuestro Colegio, para contarle del proceso vivido y presentarle estos resultados, de modo de poder involucrarla también a ella y el Colegio, en el desarrollo de una estrategia conjunta.

Creo que en definitiva nos hemos convertido en “agentes proactivos y positivos de la educación de nuestros hijos”. Su futuro se observa mucho más promisorio y desafiante.

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sábado, 10 de octubre de 2009

Democracia Participativa y Resiliencia Comunitaria

Aplicando el World Café para una campaña política en Chile: El desafío de integrar "la cultura del comando político" y "la cultura de los profesionales del diálogo".

Esta historia se encuentra en pleno desarrollo y deberá ser actualizada en el futuro.

Se refiere a sueños profesionales, que surgen del convencimiento que la democracia participativa y la resiliencia comunitaria es posible, y que métodos como el World Café la llevan hacia adelante.

Al respecto quería compartir con todos ustedes una reciente experiencia que he tenido en Chile.

Este país se encuentra al borde de una elección presidencial y otras tantas parlamentarias, que se realizarán el 13 de Diciembre próximo, siendo en el marco de una de las nombradas en segundo término, que se me ha pedido que colabore facilitando una serie de diálogos ciudadanos en distintas comunas rurales de uno de los distritos de Chile.

El candidato quiere primero escuchar a la gente para desde ahí construir su campaña y complementar su programa político. Se ha comprometido también a mantener un enfoque esencialmente dialógico para cuando salga elegido. Establece a mi juicio una nueva forma de hacer democracia (2.0) y a pesar de que yo no soy estrictamente uno de sus adherentes políticos, he decidido tomar esta responsabilidad profesional porque justamente apunta al mismo corazón de mis sueños, que para mi recubre fundamental trascendencia e importancia.

El método elegido por supuesto fue el World Café y hasta aquí he facilitado a través de él, cuatro encuentros comunitarios, en igual número de comunas, de tres horas y medias de duración cada uno, en los que han participado un total aproximado de doscientas personas (cincuenta participantes de promedio en c/u de ellos).

La pregunta diseñada fue: ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra calidad de vida?

La experiencia ha sido muy intensa y llena de aprendizajes significativos. La conformación del equipo conductor del proceso no ha sido fácil, sobre todo por lo complicado que resulta de pronto alinear a personas de una orientación esencialmente profesional con otra netamente política, ya que definitivamente, al menos en Chile, yo creo que existe temor de parte de los políticos de ofrecer verdadera participación a los ciudadanos. En este caso, por supuesto no tanto en cuanto al candidato, sino de su propio equipo de campaña, al que le ha costado incorporar y respetar en un cien por ciento los principios que rigen la realización de un proceso de diálogo exitoso.

Lo anterior ha significado que las condiciones físicas y ambientales por ejemplo, han distado bastante de ser las óptimas y otras veces la invitación al evento no ha sido cursada del modo más adecuado ni en el plazo de tiempo oportuno.

Por otra parte, también se han debido realizar esfuerzos para adaptar el método a las características particulares de los participantes, que como ya se dijo provienen de sectores rurales y que en algunos casos demuestran un nivel de analfabetismo importante.

Con todo, el asunto ha funcionado muy favorablemente y se han obtenido abundantes “cosechas”, tanto de ideas y conceptos muy valiosos para el programa político en curso, como actitudinales y emocionales que dicen relación con un tremendo agradecimiento de parte de la gente. Definitivamente ellos lo han recibido como algo muy necesario, novedoso y poderoso, que no deja de sorprenderlos en cuanto a los resultados obtenidos para cada caso.

Importante es resaltar en este sentido, que si bien la pregunta tiene un carácter proactivo (¿Qué podemos hacer para….?), y de contextualizarse al inicio explícitamente en tal sentido, las respuestas en la mayoría de los casos han tenido un carácter reactivo puesto que se han basado más bien en pedidos, o en lo que depende de las autoridades o de cualquier otro otorgarles, para mejorar su calidad de vida.

Resulta así evidente la carencia de aptitudes en la gente que permitan asumir más efectivamente los espacios de participación abierta y libre que se ofrecen, existiendo a la base mucha desconfianza y temor, de los participantes en este caso, que se estima sólo podrán ser superados mediante la reiteración sistemática de actividades de diálogo creativo de este tipo.

Para no extenderme demasiado, quería finalmente compartir con ustedes las seis principales conclusiones de contenidos, obtenidas del análisis de las respuestas en cada uno de los diálogos, tal cual como fueron posteriormente procesadas por un equipo profesional especialmente conformado para aquello:

Empleo y condiciones laborales: La base de la calidad de vida
Educación: El impulsor de la calidad de vida para las actuales y nuevas generaciones
Salud: Salir del estado de desprotección es clave para la percepción de una mejor calidad de vida.
Convivencia: Alta sensibilidad frente a la necesidad de mejorar la convivencia familiar y social
Previsión social y protección de los ancianos
Espacios Públicos para la recreación, el esparcimiento y el encuentro comunitario

Preguntas para la discusión:

¿Cómo podemos llevar el World Café hacia el mundo político?
¿Qué rol nos corresponde, a los profesionales del diálogo creativo, para integrar al quehacer político los principios de un proceso de diálogo exitoso, tales como los del World Café?
¿Qué significa contribuir al desarrollo de una democracia participativa que propicie una resiliencia comunitaria de nuestros pueblos?
¿Cuál es el mundo político que surgirá entonces?

Los invito con mucho cariño (y libertad) a responderlas.

Abrazos

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martes, 14 de julio de 2009

Espacio Abierto Punto Net

Desde hoy lás páginas de este blog Bitácora Abierta serán un valioso complemento de mi nuevo sitio web principal que lo invito desde ya a visitar y comentar.

La Real Academia Española nos dice que una “bitácora” es una “especie de armario, fijo a la cubierta e inmediato al timón, en que se pone la aguja de marear”.

Distingue también el “cuaderno de bitácora” que define como el “libro en que se apunta el rumbo, velocidad, maniobras y demás accidentes de la navegación”.

Este último es el significado que más se ajusta a su principal propósito. Desde este blog Bitácora Abierta contaré las historias que surgen de mi práctica concreta con metodologías de participación creativa para el alto desempeño, en distintas organizaciones y comunidades, respetando la debida confidencialidad y anonimato que mis clientes deseen.

Y desde el nuevo Espacio Abierto que ahora les invito a visitar, me dedicaré a difundir y reflexionar en torno a esas metodologías y lo que los principales facilitadores y consultores en el mundo, están comentando en torno a ellas, sus avances y desarrollos.

Sea usted muy bienvenido en ambos, y desde ya muchas gracias por estar aquí!

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martes, 3 de marzo de 2009

Introducción: Nuevos enfoques para el cambio organizacional

Durante los últimos seis años de trabajo como consultor en desarrollo organizacional independiente, mucha agua ha corrido bajo el puente, y muchos aprendizajes y descubrimientos han ido de la mano de la aplicación directa y sistemática de metodologías participativas de colaboración estratégica. Más de siete mil personas, pertenecientes a veintiún organizaciones diferentes, han participado de un total de ciento diez talleres, que he facilitado (o co-facilitado) utilizando esencialmente la tecnología de espacio abierto y otros métodos para grandes grupos de procesos emergentes (“bottom-up processes”), tales como la indagación apreciativa y el world café.

Todas estas metodologías se caracterizan entre otras cosas, porque permiten trabajar in-situ con el sistema completo en un mismo tiempo y espacio. Esto puede ser un equipo, una organización completa o grandes comunidades, lo que interesa principalmente es que voluntariamente estén presentes todas las personas implicadas. Mientras más complejo y urgente sea el asunto a tratar mejor funciona, y más pertinente será también la combinación complementaria entre todas ellas. El límite de personas invitadas sólo lo pone la capacidad física de las dependencias donde se celebrará el evento. Ya tan sólo al comienzo de una actividad de este tipo, se siente de inmediato una fuerte emoción de totalidad y completitud, percibiéndose claramente su “potencialidad pura” para lograr algo distinto y extraordinario.

En mi experiencia estos talleres para grandes grupos han tenido por lo general, una asistencia superior a las cien personas para un formato más frecuente de doce horas repartidas en un día y medio de trabajo (cuatro horas para el primero y ocho horas para el segundo). Un proyecto global de cambio por su parte, incluye varias de estas reuniones ampliadas, las que junto al trabajo continuo del equipo conductor del proceso (un pequeño grupo integrado por consultores y contraparte ejecutiva), más algunas intervenciones con otros grupos relevantes (jefes, supervisores, sindicatos u otras unidades), permiten dejar instalado el cambio en un período de tiempo promedio no superior a los cuatro meses.

Los temas y proyectos han sido diversos: alianza estratégica, fusiones, cambios tecnológicos, visión compartida, alineamiento estratégico, clima organizacional, liderazgo, comunicaciones, trabajo en equipo, calidad de servicio, prácticas compartidas de excelencia, entre los principales.

Una formula de combinación entre los distintos métodos que ha resultado ser más poderosa, es comenzar por un diálogo colaborativo (world café), con grandes grupos de la organización, para identificar las principales variables que componen el tópico central del proyecto o estudio. Luego, a través de una indagación apreciativa, se precisan las mejores prácticas e historias (o leyendas) que la organización ha tenido en el desempeño de dichas variables, emergiendo así las fuerzas positivas y los mejores recursos para el cambio. Invitamos entonces desde allí, a soñar y construir una visión compartida del futuro, para finalmente a través de la tecnología de espacio abierto, consensuar las acciones y diseñar un plan, que les permita a todos juntos avanzar efectivamente hacia el futuro.

Prácticamente no se usan diapositivas y el “data show” generalmente se mantiene apagado. Lo que se hace más bien es dejar de lado el “power point”, para darle ahora curso al “power” de la gente.

En estos procesos emergentes y constructivistas, son las propias personas quienes participan y despliegan su entusiasmo, creatividad y libertad responsable. Se conversa así de lo que hay que conversar, y se hace de una manera directa y sabia, positivamente orientada, a pesar de lo duro y difícil que puede estar resultando el contenido tratado.

Lo que emerge es la magia y poder incomparable de los procesos auto-organizados, que es directamente sentida por todos los participantes, y que surge gracias a la libertad, pasión y responsabilidad que estos encuentros propician y ofrecen. En realidad esta capacidad siempre había estado operando, tan sólo que estaba encubierta por un conjunto de percepciones estereotipadas, normas, procedimientos, estructuras, jerarquías y juicios. En última instancia, se trata de la misma fuerza que ha permitido que las organizaciones existan, funcionen y obtengan un nivel dado de resultados. Más aún, en estricto rigor, la misma para todo el cosmos desde hace más de 14.000.000.000 de años.

Esta nueva aproximación a las organizaciones, genera aprendizajes colectivos que resultan imprescindibles para enfrentar las complejas situaciones del mundo de hoy, global, interdependiente, que involucran mucha diversidad y dinamismo, altamente competitivas. Haciendo relevantes no tan sólo las competencias individuales de sus integrantes, sino que muy fundamentalmente lo que se ha venido en llamar competencias colectivas. Aquellas que necesariamente se adquieren a partir del diálogo de la organización como un todo consigo misma, que le permita aquilatar su experiencia y capitalizar sobre su propio aprendizaje. Esto en realidad son muy pocos los que hasta ahora lo hacen, sobre todo en Chile, y de seguro que en ello habrá una gran ventaja competitiva hacia el futuro.

De aquí también la importancia del enfoque apreciativo de estos métodos, identificando por sobre todo lo que funciona y que resulta deseable que se mantenga o amplié. Sus propuestas le quitan fuerza a los problemas y abren espacios para la confianza, la escucha activa y el despliegue de lo mejor en cada una de las personas, aumentando la energía positiva para hacer lo que hay que hacer, con compromiso y entusiasmo. Estos grandes encuentros con la gente invitan a indagar sobre aquello que es de valor, de forma tal que genere más valor. El tesoro se supone no está escondido afuera, se encuentra en lo más profundo de cada uno y de la propia organización, y es en la interacción positiva con los demás donde especialmente aflora.

En la práctica, esta nueva forma de hacer taller y consultoría, simplifica lo complejo y cumple la ley de que menos es más. No ofrecen modelos ni concepciones teóricas a la gente, invitan a conversar con las propias palabras que ya se tienen en el cuerpo, permitiendo que desde el diálogo surjan nuevas conceptualizaciones, que resultan más precisas para denominar lo importante y señalar los consensos que permitirán avanzar comprometidamente hacia lo que se desea.

El círculo es la gran figura que los convocará a todos y los pondrá en condición de iguales aunque sea por unos pocos momentos. El sentido de cohesión y unión que surge de todo ello, es capaz de derribar las más importantes barreras y progresivamente empezarán a llenarse de entusiasmo y coraje para ser proactivos en la construcción de su propio futuro.

¿Qué podemos hacer para ser una organización admirable?
¿Cómo podemos contribuir efectivamente al desarrollo exitoso de nuestro proyecto empresa?
¿Qué tenemos que hacer para alcanzar nuestra visión de futuro?
¿Cuáles son las principales acciones que nos permitirán tener un clima laboral más humano y productivo?
¿Cómo podemos enfrentar las oportunidades y desafíos?
¿Qué tenemos que hacer para enfrentar positivamente el cambio?

Estos son ejemplos de grandes preguntas que hemos formulado a distintas organizaciones privadas y públicas. La administración tiene sus hipótesis pero requiere que la gente formule las suyas y entonces aparecen las respuestas de todos, aquellas que tienen el verdadero potencial de satisfacción y cumplimiento. Trabajamos con lo dado, con lo que la misma organización ha fijado como importante, no rallamos la cancha, hacemos que todos quieran jugar de modo inteligente y creativo el mismo juego como nunca antes lo habían jugado.

Sugerimos estar preparados para sorprenderse gratamente. Desde estos espacios masivos de encuentros han surgido grandes descubrimientos, ideas y planes transformadores. No cuesta llevarlos a la práctica, porque todos han participado en su génesis y están basados en aquello que funciona y que todos en alguna medida ya han hecho y conocen suficientemente.

Cuando decimos todos juntos, decimos por sobre todo auto-organizadamente, utilizando la energía positiva generada, el liderazgo espontáneo levantado y las múltiples iniciativas ofrecidas. La administración coordina, apoya y ofrece recursos que van desde la utilización de la Intranet para la mantención de un foro abierto, hasta la definición y seguimiento de las principales líneas de acción emergentes. Algo definitivamente nuevo ha surgido, ello está directamente relacionado con el poder de la gente para construir colectiva y apasionadamente su propio destino.

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sábado, 21 de febrero de 2009

Despejando un Espacio Interno

Tal vez sería bueno que lo que le diré a continuación pueda usted grabarlo con su propia voz para luego escucharlo con sus ojos cerrados y así hacer este ejercicio con la profundidad requerida..

Ubique un lugar en el que pueda estar solo y sin distracciones. Siéntese de forma cómoda y cierre los ojos. Respire profundo y vaya hacia adentro, vuelva a respirar profundo y tome contacto con ese lugar dentro suyo donde habitualmente siente cosas, puede ser el estómago, el pecho, la garganta o cualquier otro sitio. Ahora pregúntese cariñosamente a sí mismo: ¿cómo va mi vida ahora mismo? ¿qué es lo más importante que estoy viviendo en este mismo momento?

Ábrase a recibir cualquier asunto que venga y dele la bienvenida. Así como cuando rápidamente hacemos una lista con las cosas que tenemos que hacer antes de emprender un viaje. Pregúntese de nuevo ¿qué es lo más importante para mí ahora mismo? Generalmente aparecen varias cosas, asegúrese de recibirlas positivamente a todas, tal como lo hace cuando saluda a los distintos invitados que llegan a su casa. No se meta por el momento en detalle con ninguna de ellas, tan sólo dígale a cada asunto que aparezca algo así como: hola, bienvenido, que bueno que hayas venido y vea que más surge cuando vuelve a preguntarse ¿qué más siento o me ocurre ahora?

Otra buena analogía para este movimiento es como el entrar a un cuarto abarrotado de sillas que no le ofrece ningún espacio como para poder sentarse cómodamente. Para ello lo que usted deberá hacer es apilar las sillas, o hacerlas a un lado y despejar un lugar para sí mismo. Eso siempre será posible, sólo depende que usted quiera realmente hacerlo. Lo mismo, figurativamente, puede hacerse en este lugar interno del que hablábamos antes. Ingrese ahora a ese lugar y despeje su propio espacio interno.

Respire de nuevo profundamente y sienta como ahora ha establecido una distancia óptima de cualquier cosa que en este instante esté aconteciendo en su vida. Desde allí usted puede constatar que siempre es mucho más que cualquier problema, situación o experiencia que le esté ocurriendo y que al menos, por tan sólo un momento, usted puede sentirse perfectamente cómodo y en paz consigo mismo.

Disfrute de esta experiencia e intente mantener por algunos minutos este estado interno, no caiga en la tentación de meterse por ahora en ninguno de los asuntos a los que usted le ha dado antes la bienvenida, experimente ahora esa distancia y conviértase en un espectador de todos ellos.

Realmente esto es algo que usted se merece, ser el gran anfitrión que recibe y distribuye todo cuanto le ocurre adentro. Luego, cuando usted quiera, podrá elegir explorar en detalle cualquiera de estos asuntos que considere como el más importante. Tan sólo que entonces, usted será el soberano de usted mismo, que ha logrado focalizar su propio proceso para descubrir así el verdadero significado de su experiencia presente.

Respire profundo nuevamente y agradézcase el haberse otorgado este gran momento.

Referencia: http://www.focusing.org/.

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martes, 17 de febrero de 2009

Nombrando Elefantes

La cultura y el liderazgo de una organización entre otras muchas cosas determinan qué y cómo se habla dentro de ellas. Más aún, las organizaciones pueden definirse como redes coordinadas de conversaciones para la acción. Nada de lo que ocurre y se consigue en una organización sucede en forma independiente de las conversaciones que en ella se sostienen. La forma por tanto en la que se conversa dentro de una empresa determina el éxito o el fracaso de la misma.

Cada organización establece un estilo de comunicación o forma de conversar que constituye el discurso predominante de la empresa. Este discurso precisa los contenidos posibles de abordar que serán reconocidos y premiados por sus líderes, y cuáles por el contrario, serán aquellos temas que no se pueden discutir a riesgo de ser sancionado o incluso expulsado de la misma.

Mientras más cohesionado sea un grupo más acuerdo habrá entre sus miembros acerca del discurso y la forma de conversar y los contenidos que son posibles de abordar. Del mismo modo y a través del mismo proceso, habrá quedado delimitado un conjunto de temas no tratables o asuntos indiscutibles al interior de la organización.

Dicho de otro modo, dado que la realidad abarca tanto los temas tratables y los no tratables, y las organizaciones tienen como propósito fundamental el conseguir metas y objetivos en una determinada realidad o mercado, su éxito será consecuencia directa de que en ella puedan ser conversados todos aquellos asuntos o distinciones que faciliten, promuevan o determinen el cumplimiento de sus objetivos claves. Por eso siempre será muy importante precisar cuáles contenidos no se está permitiendo abordar y que de discutirlos, permitirían evitar errores o fracasos sustanciales, que muchas veces pueden poner en riesgo la subsistencia misma de la organización.

Ocurre sin embargo que estos asuntos indiscutibles generalmente son tan evidentes como podría ser la presencia de un elefante en medio de la sala de reunión. Todos lo ven, todos saben que está ahí, lo sienten hasta respirar, pero nadie los nombra y nadie se refiere a ellos, puesto que de hacerlo se transgrediría el discurso predominante de la organización y quienes lo hagan se verían expuestos al rechazo y sanción de las personas más importantes de la misma.

Este fenómeno es el que explica también por qué es que en las empresas muchas veces existan tantos hipócritas y cínicos, que generalmente poseen una cuota importante de poder y que justamente se encargan de evitar que los elefantes puedan ser nombrados. Ellos hacen alarde de un sofisticado manejo del lenguaje o discurso ad hoc de la organización, y determinan por medio del temor lo que a los demás les es posible hablar y discutir en cualquiera reunión o circunstancia.

Los elefantes así permanecen sin ser mencionados y obstaculizan seriamente el crecimiento y desarrollo positivo de la organización. Por eso es urgente que las empresas desarrollen estrategias o prácticas organizacionales recurrentes, que paulatina y sucesivamente, les permitan identificar y discutir aquellos temas y asuntos generalmente no señalados.

Referencia: http://tinyurl.com/clzvqm

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sábado, 14 de febrero de 2009

Un nuevo Liderazgo

En los más de noventa talleres que he facilitado utilizando la Tecnología de Espacio Abierto (1), más el estudio inicial de la reciente Teoría U (2) y el seguimiento a nuevas reflexiones sobre la nueva administración 2.0 requerida en el mundo de hoy (3 y 4), he podido ir cristalizando una nueva comprensión del fenómeno del liderazgo y novedosas formas de propiciarlo y desarrollarlo.

Como frente a tantas otras cosas, aquí también se cumple el dicho “no existe nada nuevo bajo el sol”. Especial sintonía tienen algunas distinciones que ya a mediados del siglo pasado nos hacía Gandhi, al desarrollar un estilo de liderazgo “centrado en los seguidores”, que confía y faculta a su gente para que avance adelante. Así, el líder sin aspavientos ni parafernalias, más que mostrar el camino, paradójicamente facilita el que los propios seguidores sean quienes lo descubran por sí mismos.

No me sorprende entonces que sea el mismo Barack Obama quien recientemente haya señalado: "En mi vida, siempre he tenido a Mahatma Gandhi como una inspiración, porque él encarna el tipo de cambio transformacional que se puede lograr cuando la gente común se reúne para hacer cosas extraordinarias” (5).

De modo similar, los nuevos desarrollos que personalmente he podido experimentar y conocer en el último tiempo, sintéticamente nos muestran que la función del líder básicamente sería la de abrir el espacio y estar plenamente presentes durante todo el desarrollo del proceso. Y esto, más que de hacer algo, se trataría fundamentalmente de una actitud basada en un estado de ser, que como valor central, vive en el aquí y ahora una confianza básica en la sabiduría colectiva y la infinita capacidad del grupo para auto-organizarse. Esto mismo sería, lo que actuaría como principal antídoto, ante cualquiera ansiedad o temor causado por el inevitable vacío e incertidumbre de todo comienzo.

Otro ingrediente fundamental para levantar este proceso es el de la completitud (“wholeness”). El líder requiere abrir el espacio junto a toda su gente, propiciando instancias de reunión con la totalidad del sistema, o donde al menos se representa fielmente la diversidad de la organización o comunidad que representa. Es en estos grandes momentos, cuando surgirá la fuerza y la energía necesarias, que pondrán en marcha y llevarán hacia adelante el movimiento transformador requerido. Algo definitivamente poderoso ocurre cuando por fin logramos estar todos juntos reunidos, puesto que es allí cuando se generarán las conversaciones capaces de involucrar en el sentido del cambio a todo el sistema, auto reguladamente desde adentro.

Por supuesto el líder desde siempre ha debido escuchar a su gente y tener una concepción sistémica del funcionamiento de su organización, pero ahora mucho más que antes, debe ser capaz de crear invitaciones empáticas, altamente significativas y entusiasmantes, capaces de convocar a todos los integrantes en torno a un gran tema o pregunta relevante que a todos interesa. Así, junto a su capacidad para abrir el espacio y para estar plenamente presentes, en el escenario actual los líderes requieren dominar el arte para hacer buenas preguntas, aquellas que por sí mismas asegurarán buenas respuestas y que hacen del alineamiento en torno a una visión compartida, algo que vendrá por simple añadidura.

Cabe pensar que estos descubrimientos nos acercan a un nuevo y sorprendente mundo, un mundo basado en la certeza que cuando la libertad va acompañada de responsabilidad, siempre surgirá lo mejor del ser humano, donde sólo cabe esperar cosas buenas.

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martes, 10 de febrero de 2009

Indagación Apreciativa

La Indagación Apreciativa (Appreciative Inquiry) es un método transformacional de investigación y acción, basado en el diálogo y en la búsqueda sistemática de lo que mejor funciona, como clave principal para lograr un cambio organizacional y comunitario positivo (*).

Representa un cambio radical al enfoque convencional de resolución de problemas que por tanto tiempo ha imperado en el abordaje de las organizaciones. Ante la tradicional pregunta ¿cuáles son los problemas que se tienen aquí?, propone cambiarla por ¿qué es lo que en esta organización (comunidad, grupo, unidad, equipo, etc.) mejor funciona?

Invita por tanto a transitar desde un círculo vicioso que en última instancia, más que prevenir, refuerza la ocurrencia de problemas, por otro virtuoso que al levantar las mejores prácticas e historias de desempeños superiores en la organización, potencia sus recursos para por sí misma, auto propulsadamente, lograr un cambio positivo y transformador.

No se trata de negar la existencia de los problemas, sino más bien de construir un piso positivo desde donde luego podamos encararlos de a uno, pero ahora empoderizados al haber descubierto primero lo mejor de nuestra experiencia frente a un determinado asunto o tópico principal abordado.

Muchas veces ocurre además que al dejar de poner lo mejor de nuestra energía en ellos, varios problemas se desvanecen, porque más que realidades, constituyen ilusiones que como fantasmas surgen en un esquema de orientación básicamente negativa de vivir la organización y su quehacer.

De este modo, la IA corresponde a una metodología constructivista especialmente indicada para trabajar con sistemas completos o grandes grupos. Puede aplicarse en grandes eventos o convenciones, con toda la empresa o comunidad reunida en un mismo local durante uno, dos o tres días de trabajo, como también en una modalidad de proceso de más largo aliento que puede tomar hasta tres meses, con eventos masivos específicos cada cierto tiempo.

Cualquiera sea el caso, comprende cuatro momentos básicos: descubrir, soñar, planificar e instalar. Previo al inicio de este círculo virtuoso de cuatro movimientos, la organización y sus líderes han decidido cuál va a ser el tópico en estudio a enfocar: visión compartida, liderazgo, calidad de servicio, fusión empresarial, trabajo en equipo, planificación estratégica y cambio organizacional, entre otros.

Así las organizaciones más que un conjunto de problemas a resolver, son un libro abierto para el aprendizaje y el cambio, que permanentemente nos ofrece una oportunidad para sorprendernos con lo mejor de nuestra especie. Lo más notable es que sólo depende de nosotros mismos, para que desde un mismo comienzo, decididamente nos la juguemos por lo positivo y lo que mejor funciona en la organización a la cual cada uno pertenece. De verdad, todo un desafío que se extiende válidamente a cualquier otro contexto de nuestras vidas.

La gente en el trabajo y en la comunidad, está anhelante de recibir aires frescos como estos.

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sábado, 7 de febrero de 2009

Mi experiencia con el World Café

Fue hacia finales del año 2006 cuándo en conjunto con Jorge Amigo (1) debuté con la aplicación de este novedoso método de diálogo colaborativo y creador, para grandes grupos o sistemas organizacionales completos, denominado World Café (2).

Al igual que con la Tecnología de Espacio Abierto (3) y el Enfoque de Indagación Apreciativa (4) de los que les he hablado antes, su sorprendente capacidad para levantar con entusiasmo una inteligencia colectiva, que opera a través de un proceso auto organizado de base, tiene su punto de partida en la cuidadosa formulación previa de una pregunta inspiradora en relación al tópico central que más interesa desarrollar al sistema cliente.

Desde entonces la he utilizado 30 veces en 3 organizaciones públicas, 5 empresas privadas y 7 comunidades profesionales, académicas o de la sociedad civil en general, con resultados, para todos los casos, muy positivos y sorprendentes (5). Su potencia además se ha visto aumentada cuando se utiliza combinadamente con otras metodologías constructivistas (o “bottom up processes”), especialmente como las señaladas en el párrafo anterior.

Los principales temas que hasta aquí he podido trabajar con este método, dicen relación con el alineamiento estratégico, el clima organizacional, el funcionamiento de equipo de alto desempeño y la participación ciudadana frente a distintos temas relevantes de interés general.

Notable resulta su poderosa metáfora para incorporar la magia de un salón de café al salón de clases. Dicha magia no es otra cosa que la que todos alguna vez hemos experimentado al sostener inspiradas conversaciones frente a asuntos que importan, en una sobremesa familiar o en diálogos creativos con amigos o colegas, alrededor de una buena mesa de café en algún local comercial de su predilección.

El método permite multiplicar todo ese poder, al poner en acción lo que metafóricamente también, se ha denominado “polinización cruzada de ideas”. Básicamente esto se consigue al hacer la distinción entre anfitriones y viajeros, permitiendo que estos últimos, ahora como embajadores de significado, en distintos momentos visiten libremente otras mesas que componen la reunión. Al final, en una sesión plenaria de cierre, gracias a un esfuerzo colectivo de síntesis, y al aporte importante de quienes actuaron como anfitriones, se despliegan todas las conclusiones en un gran muro despejado del salón. Allí, por consenso, se realiza una convergencia priorizada democráticamente, hacia las cinco o siete respuestas más importantes que el grupo total generó, frente a la pregunta central que convocó toda la reunión. Este ciclo completo de conversaciones de café no debiera extenderse más de cuatro horas continuadas de trabajo, pero también puede hacerse en tan sólo dos o en tres.

Mi labor principal para esto se ha transformado en el intentar ser un gran anfitrión, que habiendo primero ambientado el salón del modo más cálido y hospitalario posible, acoge y recibe a todos los invitados, les indica los pasos y roles a seguir, formula la pregunta y se encarga de que todas las conversaciones transcurran fluida y expeditamente.

Como consultor, antes de realizar cualquiera de estos magníficos eventos, por lo general he debido conversar otras tantas horas con distintas personas del sistema cliente, para chequear su indicación con el proyecto o contexto global, formular la pregunta correcta y definir la logística que permita su adecuada implementación. Todo con mucha alegría y entusiasmo, sabiendo que inefablemente se logrará conectar con el corazón y lo mejor de la gente, para dar a luz una inteligencia colectiva que inspira y sorprende.

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