domingo, 7 de septiembre de 2008

Espíritu País

Las fiestas patrias que se avecinan en Chile, serán las penúltimas antes de las del Bicentenario. De verdad estamos en la cuenta regresiva para un momento histórico que podría tener mucha magia. Dependerá de todos nosotros, de la ciudadanía, de los políticos y de los gobernantes, que sepamos hacer la liturgia adecuada para levantar todo ese Espíritu.

La danza de la realidad cada cierto tiempo nos provee de experiencias icónicas, cargadas de significado, que nos permiten avanzar como nación con mística, con entusiasmo y cohesión. Benditos sean esos momentos de inspiración, integración y comprensión recíproca. Lamentablemente siempre tienden a ser dramáticos, imprevistos y generalmente relacionados a catástrofes o calamidades públicas.

La llegada del Bicentenario, nos exige aprender de las experiencias vividas, para que podamos todos levantar ese mismo Espíritu, ya no frente al desastre sino frente a nuestros sueños que nos atraviesan y nos unen. Hay historias recientes que nos otorgan una excelente oportunidad de aprendizaje, al permitirnos hacer distinciones conceptuales más precisas, que facilitan nuestros propósitos.


¿Habría pensado usted que la muerte del General Bernales iba a calar tan hondo en el alma nacional? Esta creo ha sido una experiencia de la que podemos aprender muchísimo.

Todos nos vimos sorprendidos por la honda emoción de pesar y desconsuelo que dicha muerte ocasionó. ¿Quién sabía hasta antes del accidente, que nuestro Director General de Carabineros se encontraba con su esposa y comitiva en un congreso de policías en la ciudad de Panamá? ¿Alguién tuvo algún presentimiento de este fatal desenlace? ¿Quién supuso que sus funerales serían tan masivos y conmovedores?

No sé si es mi mirada o el período evolutivo como nación en el que nos encontramos, pero desde hace un tiempo a esta parte he percibido que ocurren una mayor cantidad de sucesos icónicos en el acontecer de este país. Acontecimientos que sin mayor trascendencia previa, al ocurrir calan hondo en el alma nacional. Son emergentes y básicamente espontáneos. Algo mueven, algo cambian en la conciencia de todos. Nos dan fuerza, nos vitalizan, nos hacen estar más conscientes y en paz.

Desde un lado dramático completamente opuesto, el fenómeno de masas ocurrido con la muerte de nuestro General, pienso se asemeja en parte a lo acontecido con la Pequeña Gigante, que tiempo atrás también comenté en estas mismas páginas. Hay aquí un núcleo común, algo que ocurre en el corazón de la gente y de un país completo, que levanta su Espíritu y lo lleva hacia adelante con mayor cohesión y unión. A pesar de lo doloroso y triste que pudieran ser los mismos hechos que lo ocasionaron.

Muchos dijeron que esto sólo podía explicarse por una movida del gobierno y/o de los medios de comunicación. Digo la movilización de masas y no el accidente por supuesto. Pero yo de verdad no creo que eso haya sido así. Creo que coincidió la presencia de una serie de elementos mucho más profundos, que hicieron posible que este fenómeno ocurriera y se transformara en un ícono que movilizó el Espíritu nacional. Es en estas profundidades donde nos damos cuenta que todo esto en realidad ha tenido mucha magia.

Harrison Owen, el iniciador de la tecnología de espacio abierto, en su libro SPIRIT: Transformation and Development Organizations (87), nos recuerda conceptos muy útiles para explicarnos este fenómeno. En realidad, más que sólo permitirnos comprender, nos provoca y seduce acerca de cómo poder generar toda esta magia de un modo deliberado y frecuente, a favor de la transformación y el cambio. Es decir conectarse con todo ese Espíritu cada vez que sea necesario en relación a determinados desafíos de un grupo, una organización o un Estado.

Estos conceptos que inicialmente fueron estudiados por Carl G. Jung y su marco teórico principal del “inconsciente colectivo”, son los siguientes: Mythos, mito, rito y liturgia. Veamos cuáles son las luces que ellos nos aportan para comprender mejor la historia que nos preocupa.

Al definir Mythos, Owen nos dice: “...una historia probable que surge de la experiencia de vida de cualquier grupo, a través de la cual ellos acceden a experimentar su pasado, su presente y posibilidades futuras”. Para nuestro caso, el grupo es nuestro país en su conjunto, y la historia es la indisoluble unión que existe entre el pueblo de Chile y sus Carabineros. Diríamos más bien la necesidad que a través de la historia, el pueblo ha sentido para ir de la mano de sus Carabineros, gozando de su empatía, orden y protección. Este “mythos” y todos los otros están más allá de la ficción o la verdad, están ahí y son lo que son, nadie los puede negar, están también más allá del bien o del mal.

Mi amigo Joel Muñoz B. en su libro ¿Qué pasó, Papá? Un libro para los jóvenes de Chile (2005), creo nos hace una excelente metáfora de este “Mythos” en Soldaditos de Plomo (página 206):

“Tengo, entre los pocos recuerdos materiales de mi infancia, una caja de cartón en donde guardo mis soldaditos de plomo. Soldados chilenos vestidos con sus mejores uniformes, algunos llevan instrumentos de la banda de guerra, otros sus fusiles. Marchan en correcta formación. Cuando niño jugaba con ellos, los ordenaba, los ponía en filas, imaginaba las paradas militares en el Parque Cousiño, que quedaba cerca de las casa de mi abuela. Y escucho los sones de las marchas, veo el brillo de las trompetas, las cajas resonando, el tambor y la guaripola dando vueltas en el aire.
Hoy los tomo y los trato de formar. Veo a estos gallardos representantes de la Escuela Militar con sus penachos y sus tambores. Y no puedo: se caen, no tocan las marchas de mi infancia. Ya no son los que fueron. Me da vergüenza decir que alguna vez quise ser militar, para marchar por el Parque Cousiño y saludar al presidente y a todo el pueblo reunido”.


La imagen recién descrita por Joel es el Icono que pone en interacción de un modo sumamente claro, todos los elementos o distinciones de las que hemos estado hablando. Diríamos que tiene su particular sentido para todos aquellos chilenos mayores de cuarenta y cinco años, pero que sin duda forma parte importante del inconsciente colectivo de esta nación, que involucra a todos sus connacionales cuál más, cuál menos.

Expresado en un lenguaje más directo, igualmente afectivo y poético: todos los chilenos necesitamos re-encantarnos con nuestros militares para que así pueda resurgir de las cenizas la magia del soldadito de plomo que está en el Espíritu de nuestro país y en el corazón de todos los chilenos.

Así entonces, si la muerte del General Bernales nos conecta con el “Mythos” del Soldadito de Plomo ¿cuáles serán y qué papel cumplen el mito (ahora en español) y el rito de los que hablábamos antes?

Digamos que tanto el mito como el rito son los que ponen en situación en el mundo concreto y real al Mythos. Ambos lo integran y lo componen.

El mito en este caso se refiere a la historia que es contada por la gente y la forma en que el Mythos es hecho palabras en la cotidianeidad del día a día. Es por lo tanto la parte digital, lineal y lógica a través de lo cual el fenómeno es abordado, procesado e integrado en la mente de todos los implicados. Para nuestro caso todo aquello se sintetizó en una afirmación, que ya ha quedado guardada para el bronce, al decir que Bernales había sido el General del Pueblo. También forman parte de este mito todas las historias asociadas que fundamentan tal imagen: las anécdotas, los discursos, sus escritos, declaraciones e intervenciones y las propias reacciones verbales de los otros. En definitiva todo lo que tenga que ver con el lenguaje escrito o hablado que fundamenta y hace creíble a Bernales como el General del Pueblo.

El rito por su parte tiene que ver con lo analógico, con las imágenes, sonidos y olores, con la secuencia de los hechos, con la acción propiamente tal, que ocurre en un plano no verbal y de claves corporales y sensoriales mínimas. Para nuestra historia, el rito por supuesto tiene que ver entonces con el accidente mismo, sus causales y consecuencias, y todas las relaciones entre los mismos hechos que hasta el día de hoy continúan aclarándose. Obviamente también todo lo relativo al funeral mismo y cada una de las escenas y acciones que la vida y la muerte del General implicó e inspiró.

La liturgia es el cuarto concepto que nos queda por revisar, para comprender mejor el fenómeno de masas que ocurrió como consecuencia del accidente y muerte del General Bernales. Si bien el uso más habitual que le damos a esta palabra, tiene que ver con la forma en que se llevan a cabo las ceremonias de una religión particular, su estricto significado es otro. Es una palabra de origen griego de connotaciones originales no necesariamente religiosas, que etimológicamente significa “trabajo para el pueblo”, y que los griegos la utilizaban para designar lo que la gente hacía a favor o en relación a un determinado grupo, organización o nación. Para el caso de nuestra historia, es en la liturgia donde le cupo un rol central al gobierno, a la Iglesia, a los medios de comunicación de masas, a las organizaciones sociales y a los partidos políticos de nuestro país. Ellos fueron los encargados de conducirla y pienso que estuvieron a la altura de las circunstancias. La liturgia que se desarrolló efectivamente permitió un movimiento y cambio positivo en el sentir de toda una nación. Tal vez no de un gran impacto inmediato pero sí con la sutileza que acompaña a los cambios profundos.

El mito del General del Pueblo unido al rito de su muerte es tomado entonces por la liturgia que nos permite conectar con el Mythos del Soldadito de Plomo y acceder así por instantes a experimentar nuestro pasado, nuestro presente y nuestras posibilidades futuras. Todo en un mismo y casi mágico momento.

Algo ha cambiado, algo se ha movido hacia adelante, nos sentimos ahora un poco más íntegros y en paz. Por algunos momentos el Espíritu de un pueblo se ha levantado. Nada se ha inventado, ni tampoco estrictamente planificado, tan sólo se ha atendido a un proceso que surge desde adentro, con apertura, libertad y responsabilidad. Ojalá que desde aquí aprendamos a realizar nuevas liturgias que sean efectivas para conectar más frecuentemente con este Espíritu, sin necesidad de graves accidentes o emergencias naturales como a las que estamos tan acostumbrados y que desgraciadamente este caso también ha contemplado.

Siempre está ocurriendo una liturgia, el punto es que podemos hacernos más conscientes de ella para mejorarla. Por eso es que hay buenas y malas liturgias. Una buena liturgia recoge el mito y el rito de tal manera que permite levantar el Espíritu de todo el grupo humano que comparte un determinado Mythos. Esto es posible, existen métodos y tecnologías transformadoras que están disponibles para aquello. Más precisamente, el Espíritu siempre ha estado ahí esperándonos.

El poder conectar más frecuentemente con ese Espíritu es un gran desafío que tenemos por delante. Sobre todo frente a nuestro Bicentenario. Al hacerlo, no tan sólo avanzaremos como pueblo, sino que también contribuiremos, desde este pequeño rincón del mundo, a la evolución de la especie. Modestamente yo estaré haciendo todo lo que esté a mi humilde alcance. Los invito a sumarse. Viva Chile!!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

JL he leido dos de tus artìculos y uno en particular creo que hiciste una excelente comentario de la experiencia de ESSCO, yo la vivi entera de modo que la mirado de hoy me permite asegurarte que fue algo extremanda mente bien hecho y nos anticipamos al mundo. Hoy me doy cuenta que gran parte de lo que hicimos lo veo en la actualidad que se estàn implementando.
Por otra parte te quiero contar que los trabajadores de esa empresa igual se siguen reuniendo hasta el dìa de hoy en noviembre de cada año para seguir celebrando el dia de la Empresa ESSCO a pesar que la empresa hoy no existe pero se han ido integrando los extrabajadores y los nuvo de la empresa actual , incluso tienen su propio sitio en web y creo que todo esto es posible justamente por la experiencia que vivimos en proceso que tu describes, Bien JL.

El otro que lei fue el de las fiestas patria. La verdad es que pienso que las fiestas patrias estàn condenadas a morir lamias y las de los otros. Al menos en este paìs cada vez son màs ligadas a un carnaval, vacaciones. espacios abiertos espontàneo y masivos pero no a las fistas partia y sabes que??? yo soy partidario que se acaben las fistas patria, creo que son getos ideològicos de cada paìs que nos resaltan un patritismo que tiene una mirada excluyente la tendencia es que las fronteras se caigan como el muro de berlìn. Un abrazo.

Gabriel Caldès.

Juan Luis Walker B. dijo...

Querido Gabriel, muchas gracias por tu comentario y como soy un poco maniatico me he permitido copiar el primer párrafo para pegarlo en artículo respectivo al que haces referencia:
http://juanluiswalker.blogspot.com/2008/07/de-cmo-abrir-el-espacio-y-prevenir.html
Allí contesto espcíficamente a lo que aquí tan valiosamente me comentas.
El segundo párrafo de tu presente comentario hace alusión específica a esta entrada. En lo más de fondo estoy de acuerdo contigo "la tendencia es que las fronteras se caigan como el muro de Berlín", sin embargo eso no impide que cada uno de los paises que integran esta aldea global tengan su propia identidad y espíritu. Además es un fenómeno que forma parte de la realidad, el que de cuando en cuando se levante un sentido de unidad e inspiración que nos hace sentir nuestra unidad y fuerte identidad como país. Si eso pudiéramos lograrlo de un modo más frecuente y deliberado, pienso que seríamos una nación mucho más armoniosa, alegre y próspera.

Anónimo dijo...

Creo que lo publicado ayer en El Mercurio On Line, aporta evidencias que validan algunas de las hipótesis planteadas antes aquí.

A continuación la publicación de EMOL:

"Adimark: "Efecto Bernales" mejoró sustancialmente imagen de Carabineros
El jefe de estudios públicos de Adimark explicó que el deceso del General Director influyó en la percepción que ahora tiene la ciudadanía sobre el desempeño de los policías."

Miércoles 1 de Octubre de 2008
11:03
Renata Robbio, El Mercurio Online

SANTIAGO.- El legado del ex general de Carabineros, Alejandro Bernales, comienza a ser evidente y ya no sólo en el recuerdo de las personas, sino que también en hechos concretos. Según datos de Adimark de junio de 2008 –un mes después de la tragedia de Panamá- Carabineros de Chile, con un 71,8% de apoyo, es la institución con la más alta confianza pública.

Estos datos también se complementan con la encuesta de Adimark-Paz Ciudadana y que también se aplicó en junio; en ésta, Carabineros mejoró su evaluación respecto a la delincuencia y subió de nota 5.0 a 5.6.

“El paso de Bernales por Carabineros y su muerte fueron claves en esta medición y es notable. Nunca habíamos visto que una institución subiera tanto su percepción”, aseguró el jefe de estudios públicos de Adimark, Roberto Izikson.

Según el analista, Bernales marcó un “antes y un después” en los carabineros, generando un cambio en la percepción que tenía la prensa y la ciudadanía sobre la policía.

“Él generó un cambio en la imagen de la institución. Hace un par de años, la noticia era: ‘La represión de carabineros’ o ‘El abuso de la fuerza policial en las manifestaciones’; ahora la noticia está cuando la policía es atacada”, ejemplificó Izikson.

De hecho, comentó que las noticias de los últimos 11 de septiembre han estado enfocadas al “lumpen”, a los delincuentes que alteran el orden público y al buen trabajo que hace carabineros para controlarlos; antes los medios repudiaban la represión de las manifestaciones, aseguró el analista.

“Ese cambio, en la forma de presentar una noticia ante la opinión pública, es notable y también se debe al compromiso que Bernales demostró con esta última”, aseveró Izikson.

En tanto el concepto de “General del pueblo” –como se nombró a Bernales tras su muerte- es otro de los nuevos conceptos que han surgido. “Ningún analista político se hubiera imaginado que después del gobierno militar, los conceptos ‘general’ y ‘pueblo’ estuvieran juntos en una misma frase”, planteó el analista.

El desafío de Gordon

El jefe de estudios de Adimark, recalcó que uno de los principales logros de Bernales fue haber humanizado y acercar las fuerzas policiales a la gente; aspecto que también se refleja en la encuesta de Adimark-Paz Ciudadana, donde las comunas con más delincuencia tienen un alto grado de aprobación del actuar de carabineros.

"Éste será el principal desafío del actual general de Carabineros, Eduardo Gordon, quien tendrá que esforzarse para que estas percepciones se mantengan en el tiempo”, destacó Izikson.

Aunque el analista explicó que es probable que cuando la imagen de Bernales empiece a desaparecer de los medios, los buenos resultados tiendan un poco a la baja y por esto mismo, Carabineros tendrá la tarea de mantenerlos por sí solos.

monicalvarez dijo...

Hola Juan Luis:
en medio de tantos acontecimientos cargados de un espíritu negativo,es bueno encontrar mensajes esperanzadores para el mundo y en especial para nosotros los chilenos.Debemos sumar esfuerzos para que esa magia a la cual apelas nos invada y festejemos el Bicentenario de la forma que propones.
Un abrazo amigo

Juan Luis Walker B. dijo...

Querida Mónica, me vas a creer que después de cuatro años recién acabo de ver tu comentario, el que te agradezco, empatizo y comparto. Espero que tú y todos los tuyos se encuentren muy bien, nunca es tarde para renovar nuestra amistad.
Un abrazo cariñoso,
Juan Luis