martes, 17 de febrero de 2009

Nombrando Elefantes

La cultura y el liderazgo de una organización entre otras muchas cosas determinan qué y cómo se habla dentro de ellas. Más aún, las organizaciones pueden definirse como redes coordinadas de conversaciones para la acción. Nada de lo que ocurre y se consigue en una organización sucede en forma independiente de las conversaciones que en ella se sostienen. La forma por tanto en la que se conversa dentro de una empresa determina el éxito o el fracaso de la misma.

Cada organización establece un estilo de comunicación o forma de conversar que constituye el discurso predominante de la empresa. Este discurso precisa los contenidos posibles de abordar que serán reconocidos y premiados por sus líderes, y cuáles por el contrario, serán aquellos temas que no se pueden discutir a riesgo de ser sancionado o incluso expulsado de la misma.

Mientras más cohesionado sea un grupo más acuerdo habrá entre sus miembros acerca del discurso y la forma de conversar y los contenidos que son posibles de abordar. Del mismo modo y a través del mismo proceso, habrá quedado delimitado un conjunto de temas no tratables o asuntos indiscutibles al interior de la organización.

Dicho de otro modo, dado que la realidad abarca tanto los temas tratables y los no tratables, y las organizaciones tienen como propósito fundamental el conseguir metas y objetivos en una determinada realidad o mercado, su éxito será consecuencia directa de que en ella puedan ser conversados todos aquellos asuntos o distinciones que faciliten, promuevan o determinen el cumplimiento de sus objetivos claves. Por eso siempre será muy importante precisar cuáles contenidos no se está permitiendo abordar y que de discutirlos, permitirían evitar errores o fracasos sustanciales, que muchas veces pueden poner en riesgo la subsistencia misma de la organización.

Ocurre sin embargo que estos asuntos indiscutibles generalmente son tan evidentes como podría ser la presencia de un elefante en medio de la sala de reunión. Todos lo ven, todos saben que está ahí, lo sienten hasta respirar, pero nadie los nombra y nadie se refiere a ellos, puesto que de hacerlo se transgrediría el discurso predominante de la organización y quienes lo hagan se verían expuestos al rechazo y sanción de las personas más importantes de la misma.

Este fenómeno es el que explica también por qué es que en las empresas muchas veces existan tantos hipócritas y cínicos, que generalmente poseen una cuota importante de poder y que justamente se encargan de evitar que los elefantes puedan ser nombrados. Ellos hacen alarde de un sofisticado manejo del lenguaje o discurso ad hoc de la organización, y determinan por medio del temor lo que a los demás les es posible hablar y discutir en cualquiera reunión o circunstancia.

Los elefantes así permanecen sin ser mencionados y obstaculizan seriamente el crecimiento y desarrollo positivo de la organización. Por eso es urgente que las empresas desarrollen estrategias o prácticas organizacionales recurrentes, que paulatina y sucesivamente, les permitan identificar y discutir aquellos temas y asuntos generalmente no señalados.

Referencia: http://tinyurl.com/clzvqm

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